22-02-2009

un dedo para el sol

Cada quien con sus mecanismos de evasión, prácticamente un derecho que viene asociado al libre albedrío y se transforma en una herramienta de supervivencia.

Adicción al ejercicio, comer chocolates sin pudor, revisar
facebook 100 veces al día en vez de trabajar, hacer dieta aunque no sea necesario, coquetear sin discreción, comprar ropa que prácticamente no tienes tiempo para usar, hacer más zapping del médicamente permitido... suma y sigue.

¿Y la culpa? siempre viene asociada a la
evasión. Siempre existe esa desagradable sensación de que hay algo a lo que le tenemos demasiado miedo como para asumirlo, entonces nos refugiamos en nuestros mecanismos, los que a lo largo de los años se van tornando más creativos y adictivos.

Lo más impresionante es que todos lo hacemos, pero nadie lo reconoce en una simple conversación, porque implica aceptar que no tenemos las herramientas para afrontar nuestras responsabilidades. Eso al parecer no está nada de bien, porque tarde o temprano tendremos que abrir ambos ojos y darnos cuenta que si nuestro pequeño dedo tapaba el sol era una simple ilusión.

Sin embargo, que dulce es la
sensación momentánea de creer que simplemente no tenemos nada de que hacernos cargo.

30-01-2009

el eterno retorno

"Cuanto más pesada sea la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida, más real y más verdadera será... sí el eterno retorno es la carga más pesada, entonces nuestras vidas pueden aparecer sobre el telón de fondo en toda su maravillosa levedad"
Milan Kundera, "La insoportable levedad del ser"

Enero 2006 :: tiempos difíciles
Debía emprender el vuelo y lanzarme a realizar grandes y desafiantes proyectos, y de pronto todo se desencaja. Me encuentro sola y sin donde desarrollarme.
Me tardé un año, y varias líneas, en responder el por qué y en reorientar mi historia.

Tranquila cerré la bitácora de ese viaje.

Enero 2009 :: tiempos inciertos
Debía aumentar la altura del vuelo y lanzarme a concretar desafiantes proyectos, y de pronto todo se desencaja. Me encuentro sola y obligada a reinventar los espacios en donde desarrollarme.
No se cuanto tarde, ¿un año o dos?, el tiempo ya no me importa. Asumo el eterno retorno como una realidad ineludible, que llena mis días de incertidumbre y abre un futuro de posibilidades.

Tranquila vuelvo a abrir la bitácora de este viaje para responder el por qué y en reorientar mi historia.